jueves, 28 de noviembre de 2013

APOSENT ALTO EN EL VOLCÁN DE SANTA ANA. EL SALVADOR



PATRONES DE CRECIMIENTO
ANÁLISIS DE LOS PRIMEROS AÑOS EN EL SALVADOR
Comenzamos a conocer la situación de los grupos pentecostales guiados por líderes locales. Ellos nos narraban la situación anterior a nuestra llegada y la ubicación geográfica de los grupos. Compartíamos oraciones, alabanzas en los cultos y ellos nos hablaban de como se hacían las cosas. Todos los grupos estaban en el campo, ninguno en ciudad, excepto El Congo.  Los grupos no tenían un orden litúrgico. Algunos un poco y otros nada. Encontramos unos grupos que creían que tratar de establecer un orden en el culto era estar contra la dirección de Espíritu Santo.
La mezcla de ignorancia de la Biblia, el emocional ismo, la novedad del pentecostés, fanatismo eran factores del desorden, pero había que corregir. Los creyentes entraban al lugar de reunión que era una choza de paja, con suelo de tierra, polvo y  sucio. Pilares de madera sin aserrar, El techo de varas de bambú o madera raíza. Pocos lugares tenían adobe y construcción un poco más formal.
Usualmente los hermanos se arrodillaban postrados de rodillas – como adoran los musulmanes- . Oraban a gritos. Frecuentemente hablaban en lenguas. Los cantos comenzaban espontáneamente y sin ritmo y tono adecuados. En unos lugares era considerada como carnalidad cantar con himnario pues la alabanza debía ser guiada directamente por el Espíritu Santo. El canto, las oraciones, testimonios, exhortaciones de la Palabra eran a menudo espontáneas. Algunas veces varias opiniones eran expresadas seguida de testimonios. La opinión  que prevalecía era que Dios enseñaba la Palabra por el Espíritu Santo y no por la palabra misma. Había frecuentes revestimientos del Espíritu Santo y con movimientos abruptos, seguidos de oraciones y hablar en leguas. Agitación física y postración.  Creían en pantomimas y testimonios como los de Agabo: “quien vino a ver nos, y tomando el cinto de Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: "Así dice el Espíritu Santo: Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos de los Gentiles.'". Había tiempos de arrebato y adoración y bendición con manifestaciones del Espíritu Santo. Esto en grupo. Algunas veces estas reuniones llevaban 1 a 3 días.
Doctrinas erróneas eran enseñadas. Cuando una persona caía en pecado ya no tenía oportunidad de de arrepentirse alcanzar perdón de Dios. No había necesidad de partida de matrimonio pues el que la extendía estaba en pecado. Si un cónyuge no era creyente podía dejarlo para casarse con otro u otra que fuera evangélica. Tuve que enfrentar situaciones como éstas y otras más que me contaron que le dieron en el pasado. El líder principal enseñaba estas enseñanzas o las toleraba. Por supuesto que habían otros creyentes que tenías conceptos correctos y leían la biblia. Deseaban una correcta interpretación de las Escrituras. En general la escritura que mejor describe la situación que encontré en los grupos pentecostales cuando llegué a El Salvador la encontramos en Jueces 21:25 “En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía. “
 Yo quería convertir esta situación en positivo cuando Dios me lo permitiera  y el Espíritu Santo se manifestara. Orar y buscar a Dios era la prioridad para esta gente. ¿Cómo se entendía la presencia de Dios en medio del error de interpretación de esta gente santa?, era mi pregunta.  No podía entender como en medio de la ignorancia Dios se manifestaba.  Un punto era a favor de esta situación: Esta gente en su mayoría había sido reunida por el mover del pentecostalismo primitivo en todo el mundo y no por la predicación exclusiva de la Palabra.  Ellos no habían tenido relación con otros cristianos evangélicos.  Unos pocos con el catolicismo y su poco entendimiento de la Biblia. Lo que sentían y disfrutaban en pentecostés era los que expresaban: sueños, revelaciones y dones espirituales para su diario vivir.
APOSANTO ALTO EN EL SALVADOR
Hacía casi dos mis años que las señales del Aposento Alto de el libro de los Hechos había desaparecido en la iglesia. No más dones, no más profecías ni Lenguas – glosolalia- en la iglesia.  Casi simultáneamente al despertar de Calle Azuza en Los Ángeles  en 1906, había habido un avivamiento espiritual pentecostal en el Cerro Verde – Lomas de San Marcelino, Cantón y municipio de Santa Ana. Federico  Mebius lideraba este movimiento en los cafetales  y montañas del Cerro Verde, Volcán de Santa Ana y los Naranjos. Mr. Mebius sin una formación de Instituto Bíblico, sino es un laico llamado por Dios desde Victoria, Canadá a compartir esta nueva experiencia cristiana: El bautismo del Espíritu Santo y repartición de dones. Muchos campesinos la reciben, sin una explicación teológica-bíblica. Solo la experiencia. Así los inicios del pentecostalismo en El Salvador fue un Aposento Alto. Parecía una locura y confusión. Pero no estaban locos, solo disfrutaban de la lluvia TARDÌA en América.
Joya y yo frecuentemente nos sentíamos confundidos al ver este movimiento pentecostal en el campo misionero. El entender nuestro llamamiento misionero no vino de una sola vez. ¿Qué teníamos que hacer nosotros aquí en medio de esta locura? ¿Habría que comenzar de cero sin este movimiento? Reforzamos nuestro esfuerzo en predicar y enseñar la Biblia acerca el libro de los Hechos. Creíamos Dios traería luz a los creyentes gozosos. Me sentía como un bebe, tratando de entender este movimiento entre lo carnal y espiritual. No era una batalla librada entre fuerzas culturales, intelectuales  contra  una vacilante inquietud de querer saber la verdad de este movimiento: Eran herejes, están borrachos, era de Dios o de las  emociones. Esta gente conocía a Dios por su experiencia pentecostal: por sus ruidos, revelaciones, emociones y no por un estudio bíblico.
Una vez que entendía del propósito de Dios de enviarme a este tremendo laberinto misionero: enseñarles a esta gente preciosa la Biblia y la teología pentecostal: Función de los dones en iglesia. El reto era grande en medio de la confusión pero estaba seguro que el Espíritu Santo me iba a guiar a desarrollar mi estrategia misionera correcta. Tenía que corregir todavía un gran error. Conocía el país por mapas, cuadro, pero no había viajado todavía para conocer este  maravilloso y pequeño país lleno de 25 volcanes y 5 lagos con cráter volcánico. Tenía que conocer la geografía y topografía del campo misionero. Mientras  viajaba orando por las ciudades y pueblos me dì cuenta que la necesidad era grande: ¿Necesitábamos más misionero como yo para llevar adelante la evangelización de El Salvador. Joya y yo estábamos de acuerdo en apoyar la misión misionera para Nequepio. Oramos mucho juntos para encontrar el camino a seguir.
Con alguna precipitación escribí a Perkin en USA exponiéndole mis inquietudes. El campo debía dividirse en secciones y de más misioneros para llenar la necesidad.
Antes de enviar la carta a Perkins,- Secretario de Misiones en USA en ese tiempo-  oré y pensé bien lo que le iba a decir. Aunque no llegó la respuesta que yo esperaba,  la respuesta vino. Llegó en el tiempo de Dios y un valor incalculable. La respuesta del secretario de misiones de estados unidos me desilusionó al principio. Con la gracia de Dios y la experiencia que él tenía en el asunto él me decía: “No tenemos misioneros disponibles por de pronto para enviar; además si los tuviéramos  no tenemos los fondos financieros para enviarlos y sostenerlos en el campo. Además de esto no estamos seguros de poderle enviarle sus sostén financiero a usted. Estamos confiando en no tener que retirarlo del campo por falta de sostén en las oficinas de Springfield.” ¿Podría haber otra respuesta más desalentadora  que esta? Cuándo tu haz orado fervientemente y con esperanza  No recuerdo otra después de esta carta que recibí del departamento de misiones de Los Estados Unidos de América en 1930. Había mucho trabajo en el campo y Dios nos estaba usando. Estábamos optimistas y deseosos de continuar el trabajo. ¡Fue como un balde agua sobre nosotros ¡
Casi inmediatamente vino la respuesta: “Los misioneros están listos en El Salvador”. Ellos están aquí. Los veo todos los días y son muchos. Dios los va a usar y el maligno no los podrá parar.
Fue un milagro instantáneo. El continúo derramamiento del Espíritu Santo y Dios llamando a estos hombres y mujeres a adiestrarse en la obra de Dios.  El rápido crecimiento de los grupos por el campo era una bendición. Era un avivamiento llevado adelante por el Espíritu Santo. Los creyentes se movían con una inspiración maravillosa. Predique 400 veces en el primer año que llegué a El Salvador; a pesar de viajar en bestia, a pié en calles de polvo y lodo.

REUNIONES DE COMPAÑERISMO Y REGOCIJO
Comenzamos a reunirnos con los líderes de los grupos esparcidos en el campo a medida que Dios nos guiaba en este nuevo trabajo. Estas reuniones eran realmente necesarias. 1927-1928. Enseñábamos la Biblia y como llevar a cabo un culto en orden en los grupos establecidos. Comencé a notar que algo se estaba perdiendo en las  reuniones. Estábamos enseñando verdades bíblicas. Veíamos un avance en nuestro trabajo de ordenar la iglesia, pero no había libertad del Espíritu Santo para manifestar sus dones. En vista del desorden que hayamos al llegar al campo estaba tratando de ordenar.  Parecía estábamos perdiendo el balance al perder la expresión pentecostal.
La gente se había reunido antes de nuestra llegada para disfrutar el pentecostalismo en reuniones programadas para Semana Santa en el Cerro Verde. Se reunían por varios días para orar, cantar y disfrutar del derramamiento del Espíritu Santo, sin tener en cuenta la enseñanza bíblica y el orden en el culto. En el país hay fiestas religiosas todo año, se aprovechaban estas fechas para llevar a cabo reuniones de adoración y fervor pentecostal.
Mientras considerábamos nuestro trabajo misionero en  el campo y las Necesidades y  estrategias  a llevar a cabo, Dios nos mostró un camino a seguir.  Tener reuniones regulares mensuales con líderes en todo el país. Las primeras reuniones se fijaron para días sábado y domingo, éstas se rotaban por los grupos y el grupo anfitrión se encargaba de alimentación de los presentes. Las reuniones eran lideradas por el Superintendente y Secretario - Tesorero. Eran reuniones donde había derramamiento del Espíritu santo, conversiones, bautismos en El espíritu Santo y sanidades. Estas reuniones trajeron expectación Dividimos el campo en tres secciones: Santa Ana, Ahuachapán y Sonsonate. Serían reuniones de seguimiento. Con el tiempo se abrieron las secciones de San Salvador, San Miguel y Usulután, estableciéndose  iglesias pentecostales en los 262 municipios de país, además en cantones, caseríos y aldeas. Pentecostés fluyó inundando de bendiciones pentecostales en el pulgarcito.
Varios beneficios surgieron como resultado de estas reuniones que reforzaban nuestra fe y sentíamos como Dios nos iba guiando. Era una fiesta espiritual a la que asistíamos. El pastor se reunía con su presbítero por una hora donde podía tener asesoramiento de su trabajo. Problemas pastores eran resueltos en consenso. La reunión era de planeamiento y seguimiento en su distrito. En estas reuniones los pastores jóvenes aprendían de los pastores de experiencia. El segundo beneficio era que los grupos débiles recibían fortaleza de los grupos grandes. Un grupo pequeño recibía apoyo cuando era visitado por el grupo de iglesias a la vez. En vez de verse solo 10, llegaban 100 o 200 creyentes. Los creyentes eran respaldados y eran más respetados en su comunidad. No están solos decía la gente. Aún ganábamos representatividad ante el gobierno cuando una pareja de GN; Guardias Nacionales llegaban a inspeccionar la reunión que no hubiera borrachos y desórdenes en la comunidad. Al llegar se les atendía, con café y pan. Se sentaban en las hamacas o bancas en los patios. Ellos reportaban a sus oficiales de una reunión pacifica y se ganaba respeto, y admiración por no convertidos.
Cualquier reunión de creyentes pentecostales era una posibilidad de fundar una iglesia. Comenzaba con un grupo de niños de escuela dominical o con un culto al aire libre domingo en la tarde. El culto se llevaba a cabo en el patio de una casa o  en el jardín de una casa de campo. Con suelo lodoso por el agua del invierno, con árboles de sombra de cafetal. Así comenzó el pentecostés en El Salvador. Con una ramada de varas de bambú para defender del sol y lluvia. Allí estaba el culto. Poco a poco hasta tener solar propio y comenzar a construir su templo.  Las paredes de bajareque con bastante entrada de luz. Un techo de paja o teja y un suelo de tierra. El polvo mojado luego se hacía un suelo duro. La construcción era dirigida por los líderes de la iglesia. Todo esto le daba prestigio a la congregación.
EL GUAYABO, ARMENIA, SONSONATE
Y yo había estado predicando varias veces en este lugar, pero hoy la visita era especial. Era para celebrar navidad y la dedicación del nuevo templo de El Guayabo, Armenia. Al borde de una hacienda cañera, cafetalera de la familia Dueñas, San Isidro. Hoy hacienda cooperativa agraria. Esto en las laderas del volcán de Izalco, Santa Ana y Cerro Verde. Los lugareños tienen sus pequeñas parcelas de tierra y allí cultivan, café, azúcar, caña, guineo. La tierra produce abundantemente. Disfrutamos un tiempo precioso de adoración en Navidad.
Cualquier reunión de creyentes pentecostales era una posibilidad de fundar una iglesia nueva. Comenzaba con una clase de escuela dominical para niños o con un culto domingo por la tarde. El culto se llevaba a cabo en el patio o jardín de una casa de campo. Con suelo de tierra y árboles frutales, maderables entre cafetales. Una ramada de varas de bambú con techo de palmas de cocotero que defendía del sol y la lluvia. Estos eran los pasos peregrinos hacia la construcción de un templo. Las paredes de bajareque – varas de castilla con lodo y parales de ramas de árbol cortada. El polvo mojado hacía un suelo duro. La construcción era dirigida por líderes de la iglesia. Esto le daba prestigio a la congregación y era una identidad a la comunidad. Había bastante entrada de luz y aire. Así comenzó la iglesia pentecostal en El Salvador. Yo había estado predicando varias veces en Guayabo, Armenia; pero hoy era un caso especial: celebraríamos la navidad y la inauguración del templo. El Guayabo es una comunidad al borde de la hacienda de la Familia Dueñas- Hoy es cooperativa campesina cañera, cafetalera, boscosa- Carretera que conduce al Cerro Verde y Lago de Coatepeque. Disfrutamos un tiempo precioso celebrando la navidad. Pioquinto Flores pastor ferviente, activo y querido por su gente. Habíamos unas 60 personas sinceras adoradores en el culto. ¿Por qué tendríamos que tener  dificultades esta vea? Solo porque el enemigo de nuestras almas se opone a la obra de Dios.
A las 7 am vino la policía de Armenia a arrestar al pastor para llevarlo a la cárcel por no tener permiso para la reunión. Era un pretexto pues para  este tiempo ya había libertad religiosa contemplada en la constitución. Me molesté mucho al saberlo y con otros hermanos nos dirigimos a Armenia para indagar en la Alcaldía este abuso de autoridad. El pastor tenía que pagar cinco colones por hacer culto sin permiso. Me dijeron que si pagamos la multa Pio quinto quedaría libre. Nos fuimos a orar a la iglesia local y  a pedir dirección a Dios. Regresé a la cárcel para protestar por la injusticia. “¿Cómo pueden encarcelar a un hombre por predicar la Palabra de Dios y hacer el bien, cuando hay borrachos y gente malvada haciendo mal”?










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