PATRONES DE CRECIMIENTO
ANÁLISIS DE LOS PRIMEROS AÑOS EN EL SALVADOR
Comenzamos a conocer la situación de los grupos
pentecostales guiados por líderes locales. Ellos nos narraban la situación
anterior a nuestra llegada y la ubicación geográfica de los grupos.
Compartíamos oraciones, alabanzas en los cultos y ellos nos hablaban de como se
hacían las cosas. Todos los grupos estaban en el campo, ninguno en ciudad,
excepto El Congo. Los grupos no tenían
un orden litúrgico. Algunos un poco y otros nada. Encontramos unos grupos que
creían que tratar de establecer un orden en el culto era estar contra la
dirección de Espíritu Santo.
La mezcla de ignorancia de la Biblia, el emocional ismo, la
novedad del pentecostés, fanatismo eran factores del desorden, pero había que
corregir. Los creyentes entraban al lugar de reunión que era una choza de paja,
con suelo de tierra, polvo y sucio.
Pilares de madera sin aserrar, El techo de varas de bambú o madera raíza. Pocos
lugares tenían adobe y construcción un poco más formal.
Usualmente los hermanos se arrodillaban postrados de
rodillas – como adoran los musulmanes- . Oraban a gritos. Frecuentemente
hablaban en lenguas. Los cantos comenzaban espontáneamente y sin ritmo y tono
adecuados. En unos lugares era considerada como carnalidad cantar con himnario
pues la alabanza debía ser guiada directamente por el Espíritu Santo. El canto,
las oraciones, testimonios, exhortaciones de la Palabra eran a menudo
espontáneas. Algunas veces varias opiniones eran expresadas seguida de
testimonios. La opinión que prevalecía
era que Dios enseñaba la Palabra por el Espíritu Santo y no por la palabra
misma. Había frecuentes revestimientos del Espíritu Santo y con movimientos
abruptos, seguidos de oraciones y hablar en leguas. Agitación física y
postración. Creían en pantomimas y
testimonios como los de Agabo: “quien vino a ver nos, y tomando el cinto de
Pablo, se ató las manos y los pies, y dijo: "Así dice el Espíritu Santo: Así
atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto, y lo entregarán en manos
de los Gentiles.'". Había tiempos de arrebato y adoración y bendición con
manifestaciones del Espíritu Santo. Esto en grupo. Algunas veces estas
reuniones llevaban 1 a 3 días.
Doctrinas erróneas eran enseñadas. Cuando una persona caía
en pecado ya no tenía oportunidad de de arrepentirse alcanzar perdón de Dios.
No había necesidad de partida de matrimonio pues el que la extendía estaba en
pecado. Si un cónyuge no era creyente podía dejarlo para casarse con otro u
otra que fuera evangélica. Tuve que enfrentar situaciones como éstas y otras
más que me contaron que le dieron en el pasado. El líder principal enseñaba
estas enseñanzas o las toleraba. Por supuesto que habían otros creyentes que
tenías conceptos correctos y leían la biblia. Deseaban una correcta
interpretación de las Escrituras. En general la escritura que mejor describe la
situación que encontré en los grupos pentecostales cuando llegué a El Salvador
la encontramos en Jueces 21:25 “En estos días no había rey en Israel; cada uno
hacía lo que bien le parecía. “
Yo quería convertir
esta situación en positivo cuando Dios me lo permitiera y el Espíritu Santo se manifestara. Orar y
buscar a Dios era la prioridad para esta gente. ¿Cómo se entendía la presencia
de Dios en medio del error de interpretación de esta gente santa?, era mi
pregunta. No podía entender como en
medio de la ignorancia Dios se manifestaba.
Un punto era a favor de esta situación: Esta gente en su mayoría había
sido reunida por el mover del pentecostalismo primitivo en todo el mundo y no
por la predicación exclusiva de la Palabra.
Ellos no habían tenido relación con otros cristianos evangélicos. Unos pocos con el catolicismo y su poco
entendimiento de la Biblia. Lo que sentían y disfrutaban en pentecostés era los
que expresaban: sueños, revelaciones y dones espirituales para su diario vivir.
APOSANTO ALTO EN EL SALVADOR
Hacía casi dos mis años que las señales del Aposento Alto de
el libro de los Hechos había desaparecido en la iglesia. No más dones, no más profecías
ni Lenguas – glosolalia- en la iglesia.
Casi simultáneamente al despertar de Calle Azuza en Los Ángeles en 1906, había habido un avivamiento
espiritual pentecostal en el Cerro Verde – Lomas de San Marcelino, Cantón y
municipio de Santa Ana. Federico Mebius
lideraba este movimiento en los cafetales
y montañas del Cerro Verde, Volcán de Santa Ana y los Naranjos. Mr.
Mebius sin una formación de Instituto Bíblico, sino es un laico llamado por
Dios desde Victoria, Canadá a compartir esta nueva experiencia cristiana: El
bautismo del Espíritu Santo y repartición de dones. Muchos campesinos la
reciben, sin una explicación teológica-bíblica. Solo la experiencia. Así los
inicios del pentecostalismo en El Salvador fue un Aposento Alto. Parecía una
locura y confusión. Pero no estaban locos, solo disfrutaban de la lluvia TARDÌA
en América.
Joya y yo frecuentemente nos sentíamos confundidos al ver
este movimiento pentecostal en el campo misionero. El entender nuestro
llamamiento misionero no vino de una sola vez. ¿Qué teníamos que hacer nosotros
aquí en medio de esta locura? ¿Habría que comenzar de cero sin este movimiento?
Reforzamos nuestro esfuerzo en predicar y enseñar la Biblia acerca el libro de
los Hechos. Creíamos Dios traería luz a los creyentes gozosos. Me sentía como
un bebe, tratando de entender este movimiento entre lo carnal y espiritual. No
era una batalla librada entre fuerzas culturales, intelectuales contra
una vacilante inquietud de querer saber la verdad de este movimiento:
Eran herejes, están borrachos, era de Dios o de las emociones. Esta gente conocía a Dios por su
experiencia pentecostal: por sus ruidos, revelaciones, emociones y no por un
estudio bíblico.
Una vez que entendía del propósito de Dios de enviarme a
este tremendo laberinto misionero: enseñarles a esta gente preciosa la Biblia y
la teología pentecostal: Función de los dones en iglesia. El reto era grande en
medio de la confusión pero estaba seguro que el Espíritu Santo me iba a guiar a
desarrollar mi estrategia misionera correcta. Tenía que corregir todavía un
gran error. Conocía el país por mapas, cuadro, pero no había viajado todavía
para conocer este maravilloso y pequeño
país lleno de 25 volcanes y 5 lagos con cráter volcánico. Tenía que conocer la
geografía y topografía del campo misionero. Mientras viajaba orando por las ciudades y pueblos me
dì cuenta que la necesidad era grande: ¿Necesitábamos más misionero como yo
para llevar adelante la evangelización de El Salvador. Joya y yo estábamos de
acuerdo en apoyar la misión misionera para Nequepio. Oramos mucho juntos para
encontrar el camino a seguir.
Con alguna precipitación escribí a Perkin en USA
exponiéndole mis inquietudes. El campo debía dividirse en secciones y de más
misioneros para llenar la necesidad.
Antes de enviar la carta a Perkins,- Secretario de Misiones
en USA en ese tiempo- oré y pensé bien
lo que le iba a decir. Aunque no llegó la respuesta que yo esperaba, la respuesta vino. Llegó en el tiempo de Dios
y un valor incalculable. La respuesta del secretario de misiones de estados
unidos me desilusionó al principio. Con la gracia de Dios y la experiencia que
él tenía en el asunto él me decía: “No tenemos misioneros disponibles por de
pronto para enviar; además si los tuviéramos
no tenemos los fondos financieros para enviarlos y sostenerlos en el
campo. Además de esto no estamos seguros de poderle enviarle sus sostén
financiero a usted. Estamos confiando en no tener que retirarlo del campo por
falta de sostén en las oficinas de Springfield.” ¿Podría haber otra respuesta
más desalentadora que esta? Cuándo tu
haz orado fervientemente y con esperanza
No recuerdo otra después de esta carta que recibí del departamento de
misiones de Los Estados Unidos de América en 1930. Había mucho trabajo en el
campo y Dios nos estaba usando. Estábamos optimistas y deseosos de continuar el
trabajo. ¡Fue como un balde agua sobre nosotros ¡
Casi inmediatamente vino la respuesta: “Los misioneros están
listos en El Salvador”. Ellos están aquí. Los veo todos los días y son muchos. Dios
los va a usar y el maligno no los podrá parar.
Fue un milagro instantáneo. El continúo derramamiento del
Espíritu Santo y Dios llamando a estos hombres y mujeres a adiestrarse en la
obra de Dios. El rápido crecimiento de
los grupos por el campo era una bendición. Era un avivamiento llevado adelante
por el Espíritu Santo. Los creyentes se movían con una inspiración maravillosa.
Predique 400 veces en el primer año que llegué a El Salvador; a pesar de viajar
en bestia, a pié en calles de polvo y lodo.
REUNIONES DE COMPAÑERISMO Y REGOCIJO
Comenzamos a reunirnos con los líderes de los grupos
esparcidos en el campo a medida que Dios nos guiaba en este nuevo trabajo.
Estas reuniones eran realmente necesarias. 1927-1928. Enseñábamos la Biblia y
como llevar a cabo un culto en orden en los grupos establecidos. Comencé a
notar que algo se estaba perdiendo en las
reuniones. Estábamos enseñando verdades bíblicas. Veíamos un avance en
nuestro trabajo de ordenar la iglesia, pero no había libertad del Espíritu
Santo para manifestar sus dones. En vista del desorden que hayamos al llegar al
campo estaba tratando de ordenar.
Parecía estábamos perdiendo el balance al perder la expresión
pentecostal.
La gente se había reunido antes de nuestra llegada para
disfrutar el pentecostalismo en reuniones programadas para Semana Santa en el
Cerro Verde. Se reunían por varios días para orar, cantar y disfrutar del
derramamiento del Espíritu Santo, sin tener en cuenta la enseñanza bíblica y el
orden en el culto. En el país hay fiestas religiosas todo año, se aprovechaban
estas fechas para llevar a cabo reuniones de adoración y fervor pentecostal.
Mientras considerábamos nuestro trabajo misionero en el campo y las Necesidades y estrategias
a llevar a cabo, Dios nos mostró un camino a seguir. Tener reuniones regulares mensuales con
líderes en todo el país. Las primeras reuniones se fijaron para días sábado y
domingo, éstas se rotaban por los grupos y el grupo anfitrión se encargaba de
alimentación de los presentes. Las reuniones eran lideradas por el
Superintendente y Secretario - Tesorero. Eran reuniones donde había
derramamiento del Espíritu santo, conversiones, bautismos en El espíritu Santo
y sanidades. Estas reuniones trajeron expectación Dividimos el campo en tres
secciones: Santa Ana, Ahuachapán y Sonsonate. Serían reuniones de seguimiento.
Con el tiempo se abrieron las secciones de San Salvador, San Miguel y Usulután,
estableciéndose iglesias pentecostales
en los 262 municipios de país, además en cantones, caseríos y aldeas. Pentecostés
fluyó inundando de bendiciones pentecostales en el pulgarcito.
Varios beneficios surgieron como resultado de estas
reuniones que reforzaban nuestra fe y sentíamos como Dios nos iba guiando. Era
una fiesta espiritual a la que asistíamos. El pastor se reunía con su
presbítero por una hora donde podía tener asesoramiento de su trabajo.
Problemas pastores eran resueltos en consenso. La reunión era de planeamiento y
seguimiento en su distrito. En estas reuniones los pastores jóvenes aprendían
de los pastores de experiencia. El segundo beneficio era que los grupos débiles
recibían fortaleza de los grupos grandes. Un grupo pequeño recibía apoyo cuando
era visitado por el grupo de iglesias a la vez. En vez de verse solo 10,
llegaban 100 o 200 creyentes. Los creyentes eran respaldados y eran más
respetados en su comunidad. No están solos decía la gente. Aún ganábamos
representatividad ante el gobierno cuando una pareja de GN; Guardias Nacionales
llegaban a inspeccionar la reunión que no hubiera borrachos y desórdenes en la
comunidad. Al llegar se les atendía, con café y pan. Se sentaban en las hamacas
o bancas en los patios. Ellos reportaban a sus oficiales de una reunión
pacifica y se ganaba respeto, y admiración por no convertidos.
Cualquier reunión de creyentes pentecostales era una
posibilidad de fundar una iglesia. Comenzaba con un grupo de niños de escuela
dominical o con un culto al aire libre domingo en la tarde. El culto se llevaba
a cabo en el patio de una casa o en el
jardín de una casa de campo. Con suelo lodoso por el agua del invierno, con
árboles de sombra de cafetal. Así comenzó el pentecostés en El Salvador. Con
una ramada de varas de bambú para defender del sol y lluvia. Allí estaba el
culto. Poco a poco hasta tener solar propio y comenzar a construir su
templo. Las paredes de bajareque con
bastante entrada de luz. Un techo de paja o teja y un suelo de tierra. El polvo
mojado luego se hacía un suelo duro. La construcción era dirigida por los
líderes de la iglesia. Todo esto le daba prestigio a la congregación.
EL GUAYABO, ARMENIA, SONSONATE
Y yo había estado predicando varias veces en este lugar,
pero hoy la visita era especial. Era para celebrar navidad y la dedicación del
nuevo templo de El Guayabo, Armenia. Al borde de una hacienda cañera,
cafetalera de la familia Dueñas, San Isidro. Hoy hacienda cooperativa agraria.
Esto en las laderas del volcán de Izalco, Santa Ana y Cerro Verde. Los
lugareños tienen sus pequeñas parcelas de tierra y allí cultivan, café, azúcar,
caña, guineo. La tierra produce abundantemente. Disfrutamos un tiempo precioso
de adoración en Navidad.
Cualquier reunión de creyentes pentecostales era una
posibilidad de fundar una iglesia nueva. Comenzaba con una clase de escuela
dominical para niños o con un culto domingo por la tarde. El culto se llevaba a
cabo en el patio o jardín de una casa de campo. Con suelo de tierra y árboles
frutales, maderables entre cafetales. Una ramada de varas de bambú con techo de
palmas de cocotero que defendía del sol y la lluvia. Estos eran los pasos
peregrinos hacia la construcción de un templo. Las paredes de bajareque – varas
de castilla con lodo y parales de ramas de árbol cortada. El polvo mojado hacía
un suelo duro. La construcción era dirigida por líderes de la iglesia. Esto le
daba prestigio a la congregación y era una identidad a la comunidad. Había
bastante entrada de luz y aire. Así comenzó la iglesia pentecostal en El
Salvador. Yo había estado predicando varias veces en Guayabo, Armenia; pero hoy
era un caso especial: celebraríamos la navidad y la inauguración del templo. El
Guayabo es una comunidad al borde de la hacienda de la Familia Dueñas- Hoy es
cooperativa campesina cañera, cafetalera, boscosa- Carretera que conduce al
Cerro Verde y Lago de Coatepeque. Disfrutamos un tiempo precioso celebrando la
navidad. Pioquinto Flores pastor ferviente, activo y querido por su gente.
Habíamos unas 60 personas sinceras adoradores en el culto. ¿Por qué tendríamos
que tener dificultades esta vea? Solo porque
el enemigo de nuestras almas se opone a la obra de Dios.
A las 7 am vino la policía de Armenia a arrestar al pastor
para llevarlo a la cárcel por no tener permiso para la reunión. Era un pretexto
pues para este tiempo ya había libertad
religiosa contemplada en la constitución. Me molesté mucho al saberlo y con
otros hermanos nos dirigimos a Armenia para indagar en la Alcaldía este abuso
de autoridad. El pastor tenía que pagar cinco colones por hacer culto sin
permiso. Me dijeron que si pagamos la multa Pio quinto quedaría libre. Nos
fuimos a orar a la iglesia local y a
pedir dirección a Dios. Regresé a la cárcel para protestar por la injusticia.
“¿Cómo pueden encarcelar a un hombre por predicar la Palabra de Dios y hacer el
bien, cuando hay borrachos y gente malvada haciendo mal”?
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